Por Emilia Santos Frias
Vivir en paz cuesta hoy más que nunca, aunque alcanzarla parece fácil. La clave está en establecer límites, decir no, apartarse del ruido, de personas que no nos aportan positivismo, que drenan nuestras energías, que buscan solo su bienestar, tomándonos como alfombra o soporte. Es una lucha constante, tal como nos dice el enjundioso proverbio chino: ”El árbol quiere la paz, pero el viento no se la concede”.