Los seres humanos, nos hemos negado tanto a respetar nuestros propios
derechos, incluso las creencias e ideas
de los demás, que debimos instituir un día para recordar que es necesario
practicar la tolerancia social.
Porque las ideas, creencias y forma de conducirse de los demás, no sea
igual a las mía, no significa que por eso no debo respetarlas, claro está, siempre que no
vulneren derechos inherentes.
Hoy 16 de noviembre fecha en que conmemoramos el Día Internacional de la
Tolerancia, es preciso recordar que somos personas con capacidad para ser
tolerantes y eso sólo es posible, cuando podemos aceptar, respetar la
diferencia en el aspecto: opinión, etnia, cultura, creencia, religión, social,
en fin respetar prácticas contrarias a la mías.
“La tolerancia es el presupuesto de la cultura de la democracia”.
Nuestro mundo adolece de tolerancia. No nos enseñan ni en el hogar ni en
las escuelas a practicarla; vivimos como los caballos cuando son
aparejados y se le coloca el bozal, más las anteojeras; con una sola
dirección. No permitimos que fuera de lo que creemos único, haya otras
alternativas y eso limita al ser humano; le hace vivir en un mundo muy
reducido, no sólo en amor, sino también, en conocimiento, pues el abanico es
bien amplio.
¿Y por qué debo ser tolerante?, porque me eleva como persona, es decir,
me hace más humana. Porque siendo tolerante garantizo los derechos de los demás
y le permito ejercerlos sin obstáculos; disfrutarlos plenamente. Porque me
permite seguir enriqueciendo mis conocimientos, reconociendo otras creencias.
Porque con ella contribuyo a operativizar una verdadera justicia social.
Es un buen día
para comenzar a practicar la tolerancia,
anímate, haz tu aporte!
La autora es
Educadora, Periodista, Abogada y Locutora.