POR PEDRO CANO
Continúan
bloqueadas por segundo día consecutivo las diferentes entradas de Jimaní por el
paro convocado por las organizaciones de transporte (FENATRADO) que están
paralizando la actividad económica del municipio y a cientos de vehículos que
se colapsan en las vías de acceso, a la espera de una solución pacifica al
conflicto. Importantes son los daños económicos que se están produciendo a una
de las provincias más pobres de República Dominicana, tiene un 70.2 de pobreza,
que vive fundamentalmente del mercado fronterizo y del paso de mercancías hacia
Haití.
Los
convocantes explican que la Dirección General de Aduanas permite que
empresarios de Santo Domingo liquiden las pacas de ropa usada a un precio solo
reservado a la frontera y ante esa situación ellos se han visto en la necesidad
de protestar. Recordemos que esta situación se da por la desregulación y mala
aplicación de viejas normas, de la época de Joaquín Balaguer, como la concesión
para liquidar a 50 centavos de dólar las unidades de pacas de ropa en las
aduanas de la frontera, que según el vocero del sindicato, está siendo
aprovechado por grandes empresarios en los muelles de la capital para hacer
negocio, mientras en la frontera, este tipo de actividad económica va
desapareciendo poco a poco porque ya no resulta rentable a los pequeños
comerciantes.
En
ese mismo orden, FENATRADO también reclama junto con la asociación de
comerciantes y pequeños colmados de Jimaní una revisión por parte de EDESUR de
su programa de energía para el municipio que termine con los apagones de hasta
doce horas que se producen a diario.
Aunque
las reivindicaciones de la asociación de transportistas son legítimas, la
paralización del municipio está casi rozando el “estado de excepción y sitio”
vulnerando el derecho fundamental al libre tránsito de personas y mercancías. A
estas horas de la mañana, el gobernador de la Provincia Independencia se
encuentra gestionando junto con la policía una solución, pacifica o por las
fuerzas del orden público, a este paro que está excediendo el “supuesto”
permiso de veinticuatro horas dado, según comentan los organizadores, por parte
de las autoridades.