Por: Dr. José Antonio Coll
La
sociedad dominicana afronta hoy una situación verdaderamente preocupante, que
desde años atrás se ha venido forjando bajo nuestras narices, sin que se arribe
a una solución, ni siquiera porcentual, que permita merecer
confianza de los y las dominicanas. Los titulares de los principales medios
informativos están recogiendo en sus informaciones, de las agresiones de toda
índole en variados sectores de la nación.
En efecto,
lasa agresiones provienen de cualquier ángulo o estrato social en
que nos movamos sin distinguir de raza, credo, religión o posición política,
sin importar además, si la víctima es civil o militar, joven o viejo, hombre,
mujer o diferente. La violencia, un mal que es común denominador de muchos
países en la América latina, como México, Guatemala, Honduras, El Salvador,
Colombia y muchos otros donde el índice de estos casos continúa su
agitado curso.
El caso no
es fortuito, la descomposición social viene atada con la desigualdad social, la
falta de oportunidades y soluciones de malestares socio económico, provocan
ansiedad y desesperación, que unidas a los bajos niveles de educación y la
descomposición de las familias, producen generaciones de personas con bajos
niveles de valores. La estrechez económica y el hacinamiento, la
promiscuidad, la escasa calidad de vida, en fin la pobreza extrema, fungen como
carburantes para detonar acciones sindicadas como antisocial.
Cuando las
leyes no se aplican con justicia y la impotencia ciudadana ve acabarse las
oportunidades de vivir de manera digna, entonces la sociedad retoma el slogan
de la desesperación, SALVESE QUIEN PUEDA, y la ley de la selva, la del mas
fuerte, prima para garantizar la supervivencia y se usan todo tipo de recursos,
sin importar a quienes perjudican estas acciones ni cuales normas violentan, el
fin es sobrevivir. Los pobres acorralados y sin esperanzas, se inscriben en
cualquier trama que les de la oportunidad de conseguir lo que entienden
necesitan para ellos y los suyos.
No se
justifica de ninguna manera, el uso de medios ilícitos o anormales para
conseguir resolver los problemas de nadie., pero tampoco es justificable que la
sociedad de consumo venda y derroche bienestar inalcanzable para nuestros
jóvenes, que ni siquiera tienen acceso a estudios o empleos, a buena
alimentación o a medicamentos y atenciones fundamentales, a la
diversión y esparcimientos y el derecho a la cultura. La violencia,
tiene orígenes en las instituciones fundamentales de la sociedad,
lamentablemente, los cabezas de familias, tienen que abandonar los hijos a
su suerte para poder conseguir mínimamente los dineros de la alimentación.
El crimen
organizado, que si dispone de los medios económicos, se aprovecha de esta
debilidad para enrolar a jóvenes desesperados y abandonados y así iniciarlos en
las actividades propias de este sector degenerado de sociedad. Los medios de
comunicación difunden la grandeza de muchos de los zares de estos negocios y
los presentan como modelos sociales de beneficencia y ayuda en los sectores mas
desposeídos, estos también son comprados por el dinero corrupto y corruptor.
Las
escuelas, no cumplen su rol, los maestros juegan al pluriempleo para poder
sobrevivir a su vez y también abdican frente a los detentadores de los medios
económicos provenientes de la corrupción.
Ni hablar
de los funcionarios públicos, de los miembros de la justicia y de los
representantes de las fuerzas armadas, que ante la precariedad sucumben a las
tentaciones de los delincuentes organizados. El interés de esta sociedad es
material, los valores se escasean cada vez mas, las soluciones deben estar
acompañadas por el dinero y los estados no disponen lo necesario para corregir
los males mientras los malandros derrochan a manos llenas para producir cada
vez mas compromisos con el crimen.
Hay que
realizar una REINGENIERIA DE LA SOCIEDAD, comenzando por el
estado, las familias, las escuelas, las iglesias, en donde cada uno produzca un
vuelco hacia las acciones y ejecuciones de valores éticos y morales que hagan
sentir el regreso de la paz.
Un joven
estudiando y trabajando, NO DELINQUE FACILMENTE.
Una
persona con sus problemas resueltos mediante lo que produce, NO ATRACA
NI ROBA.
Un policía
o militar bien remunerado, NO CHANTAJEA NI VENDE LA LEY.
Una
sociedad organizada y preparada, NO PARTICIPA EN NEGOCIOS TURBIOS NI
DROGAS.
Una
familia unida, con trabajo, amor y educación, NO PRODUCE
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR.